ESCUCHAR LA FOTOGRAFÍA 2021
Residencia Virtual.
Espacio que pretende una tentativa sobre la captura de sentido de lo fotográfico, estar atentos a lo que la fotografía nos dice y a la dimensión sonora de la imagen.
ESCUCHAR LA FOTOGRAFÍA 2021
El descontento de las flores
Escritura creativa a partir de la escucha de las imágenes de Lena Szankay y Julieta Escardo, de la colección de ArtexArte
Casi se oye el susurro a lo lejos, de ese lamento opacado por el frío, de ese caminar solitario acongojado. Casi se escuchan las luces de tus pasos, la estela de tu aroma dibujando silencios confusos. La melancolía se esconde detrás de ciertos colores que suspendidos en el aire lo cubren todo de a poco. Es tan sutil el movimiento que pasa desapercibido. Un día respiras y huele a pasado y todo se tiñe con matices de siesta.
Sé que te recuerdo, aunque no te conocí. Conservo algunas imágenes en mi cabeza. Dejé de preguntarme si sucedieron o me las inventé. Cierta nebulosa las recubre, como una bruma saliendo despacio de una taza de té.
Lo cierto es que en medio de esta soledad pegajosa tu ausencia me acompaña. Armé un rinconcito con muebles y otros objetos tuyos que me traje sin dudar: un sillón que me mira; no me animo a sentarme en él por temor a aplastarte, a escuchar algún quejido, o capaz una risa (¿cómo habrá sido el sonido de tu risa?) Una mesa ratona del patio, le puse unos lirios blancos y unas vasijas. Colgué la tela con arcos en el fondo, la que estaba olvidada en ese cuarto donde seguro dejabas todo lo que no querías tirar.
Miro siempre ese rincón que instalé al lado de la puerta de entrada. Sé que hay algo en esas telas, en sus texturas, en cómo suena mi mano al rozarlas. Hay algo que no se puede decir con palabras, condensa muchas sensaciones, tiempos y estados. Y es en esa sumatoria sin nombre donde encuentro algo mío: respuestas, lazos, abrazos. Calma.
Empecé a fotografiarlo en diferentes momentos del día, con luces diversas. Pienso seguir haciéndolo a lo largo del año, ver cómo se modifica en verano, cómo cambia mi mirada. Algo así como Monet con la Catedral de Rouen, pero pintando la luz con la cámara. También escribo en un cuaderno lo que me dice la casa:
¿Sabes qué? Las flores me gritan, se quejan cansadas de ser condescendientes, de mantenerse alegres solo porque son flores. Las flores se quejan cansadas, se desquitan por no dejarlas en la tierra, con sus bichos, la humedad y la lluvia. Las flores explotan sin hacer el mínimo sonido, solo estallan sin más, como papel picado sin fiesta: violetas, lilas, verdes y rosas vuelan por el aire prefiriendo decidir ellas mismas cuando morir, prefiriendo divertirse con toda su energía por última vez a esperar pasivas suspirando en un florero, viendo cómo se marchita el tiempo.
Lucrecia Gimenez